Me buscarás entre la gente con la mirada sin darte cuenta, lo harás, me verás, y te dará un vuelco el corazón. Obviamente que me echarás en falta, echarás de menos mi voz, mis susurros, los días en los que nos comíamos a besos y te darás cuenta de que mis “te amo” no son iguales si salen de otra boca. Estás jodidamente perdido, solo te pido que me recuerdes, que me recuerdes hasta el último de tus días… cuando necesites aire, cuando te haga falta alguna que otra voz susurrante en tus oídos, cuando te haga falta una mirada que te diga “te quiero” sin necesidad de hablar, en cada noche, en cada día, en cada atardecer y amanecer. Recuérdame en cada canción, en cada gesto. Recuérdame…o mejor, búscame.
Porque hoy me he dado cuenta que regalaría mi orgullo por no perderte, aunque me revienten cada una de tus palabras y actos sin sentido. Porque hoy estoy segura de que jamás cambiaran mis sentimientos por ti. Pero date prisa, los dos sabemos que, con el tiempo, el orgullo sube de precio.